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Trastorno de Aprendizaje Procedimental

 

Por Dimas E. Villarreal P.

Psicólogo Clínico de niños y adolescentes- Psicopedagogo del IJA

Email: dvillarreal@ija.edu.pa

Cuando hablan parecen “adultitos”, su vocabulario es muy satisfactorio y prefieren cuestionar a los adultos, para aumentar su información, antes que explorar por ellos mismos el mundo que les rodea.

El Trastorno de aprendizaje procedimental (TAP) o Trastorno de aprendizaje no verbal (TANV) es poco conocido y los síntomas se confunden frecuentemente con los trastornos específicos del aprendizaje. La diferencia radica en que las habilidades verbales y la lectura se encuentran dentro de valores normalizados, además en la práctica psicopedagógica se confunde con dificultades en la comprensión lectora, escritura y bajo rendimiento académico. Al entrar al colegio es más notorio a partir del tercer grado de escolaridad.

En la clínica, otro factor que dificulta el diagnóstico es que no aparece en el manual de diagnósticos DSM-5 y CIE-10, aunque se puede ubicar en los trastornos motores y presenta características propias de un trastorno del desarrollo de la coordinación (DSM-5) o dispraxia del desarrollo (CIE-10. El Trastorno de Aprendizaje Procedimental va un poco más allá.

¿QUÉ ES EL TRASTORNO DE APRENDIZAJE PROCEDIMENTAL, TAP?

El TAP es la dificultad en el aprendizaje perceptivo- motor, integración visoespacial y coordinación motora; es decir, problemas en adquirir y automatizar procedimientos motores y estrategias cognitivas de resolución de problemas situaciones imprevistas o nuevas. Estos niños, niñas y adolescentes presentan problemas en la memoria implícita que es la encargada de asociar las experiencias previas a la ejecución de nuevas tareas.

El TAP desde la mirada neurológica es un déficit funcional en las conexiones neuronales del hemisferio derecho, es decir en la integración de la información procedente de las áreas sensoriales y ofrecer una respuesta global.

¿CÓMO RECONOCERLO?

  • Son muy habladores pero con poco contenido, porque tienen un vocabulario extenso.
  • Su memoria auditiva es muy buena, pueden repetir mensajes escuchados de la radio, televisión y demás, pero con poca comprensión del significado.
  • Su lectura es adecuada, es decir leen con buen ritmo pero presentan dificultades en la comprensión.
  • En la escritura se observa buena ortografía.
  • En el lenguaje no verbal presentan una marcada dificultad.
  • Se le dificulta trabajar con imágenes, porque concentran su atención a los detalles aunque no son capaces de analizar el conjunto.
  • Tienen dificultades en las actividades de bailes, deportes, trabajos manuales y equilibrio.
  • En el área de las matemáticas presentan problemas y sobretodo en el pensamiento abstracto.
  • En la aritmética se evidencia la dificultad cuando leen un problema y no saben cuál operación deben utilizar para resolverlo.
  • Pueden presentar conflictos emocionales, porque no logran entender los conflictos que están pasando a su alrededor o no puede buscar una solución a una situación inesperada.
  • En algunos casos puede ser víctima de Bullying, ya que pueden ser vulnerables y susceptibles.
  • Prefieren la rutina o las situaciones que conocen, porque las pueden manejar mejor.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Lo primero que se sugiere es una evaluación integral centrada en las habilidades psicomotoras, estructuración espacial, visopercepción y habilidades sociales. Además de un diagnóstico de un especialista en neuropsicología, para conocer de manera precisa los pasos de un tratamiento o plan remedial.

 El hogar debe mantener comunicación constante con el centro educativo y estar pendiente de las adecuaciones curriculares que debe preparar el colegio.

  • Dar indicaciones de manera verbal y no asumir que el niño entiende nuestro lenguaje no verbal o gestual.
  • Estimular y desarrollar la comprensión verbal con pequeños cuentos y posteriormente preguntarle qué recuerda del mismo.
  • Ayudarles a identificar las frases importantes dentro de una lectura, además de apoyarlos en la elaboración de ensayos y redacciones.
  • Anticiparles lo cambios de actividades y explicarles lo que necesitamos que ellos hagan en ese momento.
  • Para el diagnóstico es importante la historia clínica y el desarrollo evolutivo del niño, niña y/o adolescente que presente características de un TAP. Además de la disposición de los padres en el apoyo a los docentes y al equipo interdisciplinario, para iniciar un tratamiento o plan remedial.

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